¿Quieres conseguir una buena
iluminación para tu hogar? ¿No sabes dónde instalar las lámparas? Desde Lámparas Lidia te vamos a explicar los tipos de
iluminación y qué iluminación debes instalar en tu casa para conseguir que esté
bien iluminada.
Lo primero que debes tener claro
es el tipo de luz. Tenemos la iluminación
natural, aquella que entra a nuestra casa a través de las ventanas. Para
potenciar esa iluminación, habrá que apostar por pintar las paredes de casa en
tonos claros. De esta forma, la luz se reflejará en toda la habitación
aumentando así la luz natural. Del mismo modo, apuesta por muebles en tonos
blancos y beis.
A la luz natural habrá que sumar
la iluminación principal. Esta se conseguirá a través de las lámparas de techo. Todas las
habitaciones tendrán que tener al menos una lámpara instalada en el techo
incluido el recibidor y los pasillos. Gracias a esta luz, tendremos iluminada
toda la estancia de noche o cuando la luz natural no llegue. Cuando hablamos de
iluminación para el techo, incluiríamos las lámparas de techo, colgantes, araña o plafones de techo.
Finalmente, hablaríamos de
lámparas auxiliares, aquellas lámparas que nos proporcionarán una iluminación
extra para ver mejor. Se tratan de las lámparas
de pie y de sobremesa,
así como apliques y flexos.
Mejor la luz cálida que la luz fría
Otro aspecto esencial es el color de la iluminación. La luz de las
lámparas se divide en tonos claros y fríos. Cada uno de ellos afectará a
nuestro estado de ánimo, sensación de cansancio, concentración… La luz cálida
será más acogedora frente a la luz fría que es perfecta para estudiar y
trabajar ya que favorece la concentración. Entre medias, la luz neutra, similar
al sol.
La luz fría se suele usar en lugares de trabajo, así como en salas de
espera, tiendas de ropa, consultas médicas… Esto se debe porque ayuda a la
concentración y evita la sensación de cansancio y, por tanto, prevendrá la
fatiga visual. La luz fría imita la luz del sol a las horas centrales del día.
Por tanto, ideal para oficinas, para despachos o para la zona de estudio, entre
otros.
Ahora bien, para el resto de las estancias es preferible optar por una luz más bien cálida que nos ayude a descansar y desconectar del día a día. En el salón y en el dormitorio se puede apostar por una luz cálida o neutra mientras que para la cocina y baño será mejor una luz neutra incluso fría ya que son estancias que requieren de mayor concentración. Apuesta por lámparas que emitan una luz blanca. Para el recibidor y zonas de paso, puede ser una luz cálida o neutra. Por último, escoge una luz fría para zonas de estudio y despachos.