Recién estrenado el horario de invierno, muchos se preguntan si realmente ahorramos en la factura de la luz. Muchos están a favor del cambio de hora en primavera (se adelanta una hora) y en otoño (se retrasa una hora). Sin embargo, otros están pidiendo a la Comisión Europea, es quien obliga a los países europeos adoptar esta medida para el ahorro energético, que deje definitivamente un horario.
Se ha demostrado que el cambio de hora afecta
a nuestro organismo. Necesitamos unos días para que nuestro cuerpo se adapte al
nuevo horario. Hay personas que lo llevan mejor que otras. A quienes sufren
problemas para conciliar el sueño durante los primeros días, lo que hará que
estén más cansadas y agotadas. Más allá de los problemas de insomnio o
somnolencia, también provoca déficit de atención, falta de concentración,
irritabilidad, apatía… En este caso, en el horario de invierno, al reducir las
horas de luz, la gente se sentirá más decaída física y mentalmente.
El objetivo del cambio horario, más allá de
tener un impacto positivo en la sociedad, es mejorar tanto el medio ambiente,
así como aumentar la seguridad vial a la vez que se ahorra energía y dinero en
la factura de la luz. Sin embargo, muchos no ven ese ahorro en la factura del
hogar como dicen.
En Lámparas
Lidia queremos analizar si realmente es efectivo o
no ese ahorro energético.
¿Ahorramos energía con el cambio de hora?
Comencemos explicando que quienes están a favor del cambio de hora dicen que se puede aprovechar mucho más la luz natural. Gracias a esto, se conseguirá un ahorro económico notable al final del año.
En el lado contrario están quienes piden
acaban con este cambio horario ya que afecta negativamente a nuestra salud
afectando incluso a nuestra productividad laboral. Además, consideran que no
existe ahorro energético ya que por las mañanas se tendrá que seguir
encendiendo la luz y encima al anochecer antes, tocará encender la luz a partir
de las seis de la tarde.
Ante esta situación, cómo podemos ahorrar energía y, por tanto, ahorrar en la factura de
la luz. Te damos unos consejos para aplicar en tu casa a partir de ya:
- No
dejar luces encendidas. ¿Quién no ha salido de su
habitación y ha dejado la luz encendida mientras iba a la cocina o al salón a
buscar algo? No eres el único o única. Muchas veces malgastamos energía dejando
encendidas las luces del pasillo, del baño o de las habitaciones. Trata de
ahorrar energía apagando las luces que no necesites o cuando salgas de la
habituación. Y no te olvides apagar las luces cuando salgas de casa.
- Calefacción. Mantén la casa a 20-22 grados. Si superas esa temperatura, tu
consumo se incrementará de una forma espectacular. No solo consumirás más
energía, sino que tendrás que pagas más en la factura de la luz. También podrás
aprovechar los días soleados para levantar bien las persianas y que entre la
luz y el calor del sol. Y si encima tienes doble ventana, conseguirás ahorrar
mucho más. Entrará menos frío y notarás mucho más la calefacción.
- Renueva
tus bombillas. Apuesta por la iluminación LED.
Poco a poco vete sustituyendo las bombillas tradicionales por las bombillas LED
o de bajo consumo. Conseguirás ahorrar mucha más energía y reducir tu factura
de la luz. Además, ofrecen una iluminación muy parecida a la luz natural.
- Electrodomésticos. Aprovecha la capacidad de la lavadora y lavavajillas. No los
pongas si están casi vacíos. Asimismo, aprovecha los días soleados para tender
la ropa en lugar de usar la secadora. También podrás usar una regleta o ladrón
para enchufar tus electrodomésticos como, por ejemplo, la televisión o el
ordenador. De esta forma, cuando no los estés usando, podrás apagar el
interruptor para que se queden apagados totalmente. Así no consumirán nada de
energía.